Febrero de 2008
[RAE: Sincrónico, Diacrónico]
Quiero replantear las inquietudes recogidas por el profesor Ricardo en el comentario del 2007.09.13. Trataré de dar una solución a las que pueda y exploraré un poco las que no, con el fin de animar la participación en el blog. Especialmente, invito a los nuevos participantes (Jorge Campo, L. A. Arango, Rolando y a “IdisMetal”) a que hagan sus aportes, bien pueden ser inquietudes que les suscite la lectura de los textos, o bien interpretaciones que nos puedan aportar.[RAE: Sincrónico, Diacrónico]
Post Scriptum: Los términos sincronía y diacronía se refieren a las propiedades temporales de un concepto: 'dado en un mismo momento' y 'dado a través del tiempo', respectivamente. La discusión que se quiere plantear en esta entrada del blog es sobre la concepción que se tiene de lo psicológico: o bien es un predicado para la descripción de acontecimientos presentes; o bien es la descripción de una forma de cambio dada a través del tiempo.
Este post tratará sólo la primera cuestión que se plantea, aquella sobre la definición de lo propiamente psicológico: ¿es el proceso de ajuste o el producto de éste (las concreciones, en lenguaje de Roca)? Para responder a esto, en principio, basta con citar alguno de tantos pasajes donde Roca afirma lo primero—a saber, que es el proceso—, pero lo que necesitamos es la justificación de tal idea. Al hacerlo espero ampliar la respuesta a la inquietud de Jorge Campo acerca de la noción de movimiento [Comentario del 2008.01.08].
Haciendo frente a una crítica al asociacionismo, Roca sostiene que el concepto de asociación debe tomarse «como descriptor de construcción de relaciones ontogenéticas entre reacciones vitales» (PIT, p. 218, énfasis agregado). Así, siendo este concepto el descriptor cualitativo [causa formal] del comportamiento psíquico, debe entenderse que dicho comportamiento consiste en el proceso de construcción, no en los productos del mismo o concreciones psicológicas. Esto se reafirma con lo dicho en la página 157 del mismo texto: «…el comportamiento psíquico es la organización de consistencias o la construcción de asociaciones, tal y como lo hemos definido desde un principio, [esto] significa… que la conducta psíquica es histórica e individual…» (se suprimen partes que no son relevantes para lo que ahora nos ocupa).
Es así porque el concepto que rige la teoría de Roca es el de comportamiento (o movimiento, o dinámica, o animación, o relación funcional, o cambio), el cual indica la actividad de una única realidad. Por ello:
«Es necesario convenir que definir lo psicológico como conducta y así querer diferenciarlo de otros fenómenos es una decisión nefasta. Es inadecuada porque todo es conducta. Es conducta el intercambio químico en la sinapsis, es conducta la estimulación reverberante de un circuito neuronal, lo es el condicionamiento del sistema inmunológico y lo es el acuerdo social sobre cómo preservar las tradiciones, por ejemplo. Conducta o comportamiento son conceptos sinónimos que se han de utilizar para definir el carácter general de la naturaleza que es móvil, que cambia o que funciona. Por esta razón es tan importante definir la psicología como el estudio del comportamiento asociativo, indicando el carácter comportamental de la psique, pero también su calidad esencial básica que distingue aquel comportamiento de otros comportamientos» (PIT, p. 290)Al parecer, en Ribes, tal y como lo menciona Ricardo, lo psicológico sí es una relación sincrónica funcional que se establece en virtud de la historia. Pero no es el caso de Roca, pues tal definición sincrónica comporta la distinción organismo-medio, la cual considera que es inaceptable dentro de la definición naturalista de los fenómenos estudiados por las ciencias funcionales. De tal suerte «si se tiene que hablar de estímulos o respuestas se hará sólo para describir los elementos o las competencias empleadas para la medida de aquello que es propiamente el funcionamiento psicológico» (p. 53, énfasis agregado). No se trata, pues, de discriminar qué respuestas del organismo son psicológicas, sino de especificar los factores relacionales que dan cuenta de la construcción de consistencias (un fenómeno dinámico) que determinan las concreciones (tal vez equivalentes a las funciones estímulo-respuesta de Ribes). Esto se justifica en que «Las ciencias funcionales procuran formular principios generales, que reciben el nombre de leyes y que consisten en identificaciones de los cambios cuantitativos en una dinámica particular; leyes que pretenden ser universales, más allá de las concreciones de los fenómenos que han tomado de base experimental u observacional» (p. 17). De manera que, si las leyes se formulan acerca de las dinámicas, el objeto de las ciencias debe ser la dinámica misma, no su concreción.
Carlos Mario Cortés H.
17 comentarios:
Disculpen lo ingenuo, la verdad es que no e leido lo suficiente sobre Roca, pero tengo algunas preguntas cuya respuesta me ayudara ¿Por qué utiliza terminos como "reacciones vitales", o "psiquico"? no estaban desterrados de la psicología cientifica ¿por qué rechaza E-R?, si Kantor definio la conducta como la interacción organismo- ambiente, y no como la mera respuesta, ¿no queda claro lo que es el episodio psicologico, la conducta?
(por cierto, me llamo Daniel)
El uso de términos que el conductismo prefiere evitar se justifica en el desarrollo de un nuevo contexto conceptual para éstos. Es decir que estas palabras adquieren un significado preciso (no problemático) desde la óptica de Roca, la cual obedece a un criterio comportamental («comportamiento» entendido como animación de la naturaleza y como contrario a «extensión», no como acción motora). Dice Roca, en respuesta a un comentario donde Emilio Ribes le critica el uso de estas palabras, que las está usando en correspondencia clara con los fenómenos que se han definido y que «ha partido de un análisis y teorización actual de los fenómenos psicológicos para usarlas como indicio» (Roca, 1997. Acta comportamentalia Vol. 5, Nº 1). Indicio que sirve para hacer más fácil su articulación en el nuevo contexto conceptual y para, a su vez, rescatar tales términos del oscurantismo en el que los han sumergido las concepciones desnaturalizadas y/o reduccionistas del fenómeno psicológico.
Por lo mismo, se rechaza el esquema E-R para la psicología, pues éste es propio del comportamiento biológico, no del psicológico. Así, el que este esquema implique la distinción organismo-medio agregándole «la interacción», no aporta nada a la definición de lo psicológico, pues cualquier ciencia estudia tal interacción [por ejemplo, la física en tanto que el organismo es un cuerpo que interactúa con otros cuerpos físicos]. Por ello, para tratar de aclarar cuál interacción es aquella que llamamos psicológica, se recurre a otros conceptos que, o bien obedecen a contextos conceptuales desnaturalizados, o bien son más definitorios de lo psicológico que el de «interacción». Siguiendo lo segundo es que roca define lo psicológico como la dinámica asociativa de la naturaleza, sin tomar en consideración para la definición misma la distinción organismo-medio, pues se estudia dicha dinámica, no las realidades extensas que resulten afectadas por ella.
Te recomiendo la lectura del Cap. 4 del libro Psicología: una Introducción Teórica (PIT), disponible en nuestro centro de descargas
Salto desde el otro envío a este ya que se introduce en lo psicológico, lo cual me interesa.
Es evidente que el E-R puede ser aplicado a cualquier otra ciencia. Se le olvidó a Daniel indicar que para Kantor, la interacción psicológica se daría en la función de estímulo-función respuesta.
Es decir, Kantor no elimina, tal como pretende parecer en el mensaje de Psicología Naturalista el estímulo físico y su contraparte de respuesta, pero establece otro tipo de nivel que se da como digo en la función de estímulo y la función respuesta.
Creo sinceramente que una vez entendido el planteamiento kantoriano, es comprensible la crítica de Emilio, en tanto en cuanto se utiliza un lenguaje "no científico", a saber, el uso de vocablos con diferentes significados.
Así, no me parece conveniente el uso de términos como asociacionismo, que automáticamente nos retrotrae o nos parece retrotraer al pasado y nos introduce en el mentalismo homunculiano del agente que asocia.
Igualmente ocurre con el cambio y su sinonimia con el movimiento:
"«Movimiento y comportamiento son conceptos que se igualan en su descripción del carácter móvil, cambiante o dinámico de lo natural y son también sinónimos de funcionalidad o animación».
En definitiva lo que vengo a indicar es que tanto el estilo literario, los vocablos utilizados o la igualación de términos, resulta desafortunada en el sentido de hacer ininteligible el uso del lenguaje. Por decirlo en lenguaje llano, el uso no convencional y unívoco de los términos, no hace posible entender qué es lo que se nos trata de contar.
Un ejemplo más, al caracterizar lo psicológico como móvil, se cae precisamente en el error de incluir un término de la física, con el consecuente problema de tener que adherirle sus propiedades, léase de temporales (diacronía) o de tránsito.
Ernst Mayr, famoso biológo señalaba el desastre que deviene de utilizar términos de una disciplina para otra.
En este sentido, creo que tanto la propuesta Kantoriana y la Ribesiana, permanecen más fielmente en un plano meramente psicológico.
Al generarse una narración como la propuesta provoca que se produzcan nuevas dudas, la ya señalada de la presunta noción de un asociacionismo homunculiano ("creación de relaciones asociativas"), o mismo la noción de "lo natural", la cual necesita explicitación.
Véase también por ejemplo que la noción de cambio o movimiento implican fisicalismo en el sentido de observabilidad. Por contra, lo psicológico, tal como yo lo veo, implica relación y por ello no resulta observable sino deducible.
Un saludo cordial para todos.
Yo escribí:
"Es decir, Kantor no elimina, tal como pretende parecer en el mensaje de Psicología Naturalista el estímulo físico y su contraparte de respuesta"
perdón, quise decir, que además de la noción funcional física E-R añade la psicológica, la cual obviamente es esencial.
Hola a todos:
Quisiera vincularme al intercambio de comentarios que se ha venido generando. El mío es sobre algunos aspectos que han tocado todos o que se implican de ellos. Propongo que son 4 los temas que pueden agruparse de lo que se ha discutido: 1) el uso que hace Roca de términos como psíquico, asociación, etc. 2) la concepción de lo natural; 3) la concepción de movimiento; 4) el nivel de análisis de interés para la psicología. Esto es lo que yo pienso; como siempre, todo está sujeto a múltiples interpretaciones.
1) Términos. La reincorporación de esos términos ha generado una gran cantidad de disputas en la comunidad académica. La principal crítica ha sido la expresada en el blog, y es que remiten a connotaciones mentalistas que históricamente en la tradición no mediacional (incluyendo el conductismo) se ha intentado evitar. El argumento que interpreto en Roca es que han sido términos históricos que surgieron para hacer referencia a aspectos que tienen que ver con lo que él mismo quiere referir y que, dada una definición precisa de los mismos dentro de su planteamiento, no tendría por qué ser problemático. Leo en últimas una actitud de “rebeldía” terminológica; como quien dice: “voy a usar esas palabras prohibidas, definiéndolas sin la carga mentalista que traen, para mostrar que en últimas el problema no son las palabras sino su uso”. Incluso, puede ser una apuesta por la fidelidad etimológica griega: se pretende denotar lo mismo que Aristóteles en su Tratado del Alma.
Comparto sin embargo, que el uso de exactamente esos términos, puede sesgar la comprensión de lo que Roca pretende, pues son términos con los que se predica desde el lenguaje ordinario sobre lo que comúnmente se denomina “lo mental” entendido de una forma que no es la de Roca. Exigiría, como hemos intentado hacerlo, una interpretación cuidadosa de los nuevos usos y estar haciendo estas salvedades cada vez que alguien hace el comentario.
No obstante, alejarse por completo de términos del lenguaje ordinario es bastante difícil. Creo que lo importante en últimas, es no hacer teoría psicológica desde la geografía lógica que trae consigo el lenguaje ordinario. Es decir, es no empezar por intentar definir técnicamente qué es aprendizaje, o memoria, etc., porque sus divisiones categoriales son ajenas a una teorización científica. Son útiles para aquel contexto de donde surgieron: las prácticas sociales ordinarias. Sin embargo, una vez definida la nueva geografía lógica (como lo han hecho Kantor, Ribes y Roca), pueden encontrarse puntos de correspondencia parciales con ciertos términos y sus usos: “Esto correspondería en tal aspecto a cuando la gente dice que…”. Pero se usarán finalmente términos ordinarios bajo esa nueva lógica, sólo por la facilidad en la comunicación, con todos los riesgos que eso implica.
2) Lo natural. Pienso que remite a dos sentidos emparentados: En primer lugar, la interpretación débil es la de la contraposición a lo que no es natural o que es sobrenatural: el fenómeno psicológico es tan natural como el físico, químico, biológico o social (no tiene sentido acá la distinción entre ciencias de la naturaleza y del espíritu). En el segundo sentido, y asumiendo el aristotelismo tanto de Kantor como de Roca, Aristóteles define que algo es por naturaleza (physis) si tiene “en sí mismo un principio de movimiento y reposo sea con respecto al lugar o al aumento o a la disminución o a la alteración” (Física, libro II, 192B). Se vincula con la tendencia al cambio; lo que es natural cambia con respecto a diferentes aspectos; tiene potencia y es acto, y por tanto se mueve, es decir, se actualiza.
3) Movimiento. La concepción tanto de Roca como de Ribes, a mi parecer, sobre movimiento, de nuevo, es aristotélica. Dice Aristóteles: “el movimiento es la actualidad de lo potencial en cuanto a tal” (Física, Libro III, 1, 10). De esta manera, entonces, hace referencia a que toda entidad natural se mueve, se actualiza, y por tanto, cambia.
La concepción de movimiento como desplazamiento producido por contacto eficiente entre objetos, o en general, como cambio de posición especificable en un plano cartesiano, es sólo una entre todas las posibilidades de movimiento según Aristóteles. El envejecimiento es movimiento, por ejemplo. Es decir, es actualización de una potencia (la de envejecer). Resulta interesante cómo nos parece extraña esa definición, pues estamos acostumbrados a pensar al respecto bajo las categorías de Newton, que se aplican bien a un tipo de movimiento: el desplazamiento por contacto espacio-temporal.
Desde este punto de vista, entonces, todo fenómeno natural, incluyendo el que llamamos psicológico, es movimiento. En el siguiente comentario, opinaré sobre el tipo de movimiento que propone Roca. Baste por ahora, entonces, con contradecir la interpretación de Jorge Campo sobre la interpretación del movimiento en Roca de forma “fisicalista”, ligado a la observabilidad. El movimiento de interés psicológico no es observable, como bien lo señala él mismo; para Roca comportamiento y movimiento son sinónimos sólo en este sentido, no el sentido de actividad. Además, noten que la equivalencia entre cambio y movimiento no es caprichosa sino que incluso es fundante en la cultura occidental.
4) El tipo de movimiento o cambio natural que le interesa a la psicología, según tanto Kantor, como Ribes y Roca (en lo que he comentado hasta ahora, no muestran realmente grandes diferencias), es aquél que tiene lugar en la ontogenia. Es decir, la reactividad biológica (como movimiento) es potencia que se actualiza en relación con otros movimientos – cambios, dinámicas, actualizaciones (por ejemplo, el fisicoquímico y el social). Tal actualización que se da en la ontogenia, correspondería a lo psicológico. Esto no es muy diferente a la concepción de interconducta kantoriana y ribesiana, realmente. Todos los tres autores reconocen en la dinámica ontogenética la cualidad esencial de lo psicológico. Creo que los comentaristas estamos de acuerdo en que ninguno de ellos “niega” o algo por el estilo, diferentes niveles de análisis entre los que se encuentra el de la relación estímulo-respuesta; pero también se reconoce que éste, no es el que le compete a la psicología.
La diferencia que Roca quiso establecer entre su postura y la de los otros dos mencionados, es con respecto a qué se da la actualización de la potencialidad biológica. En el planteamiento kantoriano y ribesiano, la interconducta se da en la ontogenia entre un organismo y un objeto estimulativo, interacción que define un campo de relaciones. Esta distinción entre los elementos interactuantes, lleva necesariamente a plantear actividad en cada uno: por parte del organismo respuestas y por parte del objeto, estímulos. Roca al contrario, plantea que la actualización se da con respecto a otras dinámicas; no plantea interacción organismo ambiente sino interacción entre dinámicas: lo psicológico se establece como consistencias ontogenéticas en relación a las dinámicas fisicoquímicas, biológicas y sociales. A tal establecimiento se le denomina asociación, pero no tiene nada que ver con una acción que alguien hace privadamente y que explica sus movimientos. Al contrario, tal asociación es lo que hay que entender (nótese además, la relación que hay entre las consistencias ontogenéticas de Roca y las contingencias en Ribes y parcialmente en el conductismo operante).
Como la interacción se da entre dinámicas según Roca, eso lo ha llevado a afirmar que la distinción entre organismo y ambiente hereda una lógica dualista, que en este caso tiene que ver con la dualidad entre extensiones, que a su juicio, lleva erróneamente a planteamientos localizacionistas (debajo de la piel, fuera de la piel, organísmico, ambiental, etc.), causalistas de una dirección (responsabilidad del organismo, causa del ambiente, etc.), entre otros, que dificultan una concepción auténticamente natural de lo psicológico (en el sentido que se ha desarrollado).
¿Que puede resultar contra intuitiva la propuesta? De acuerdo. Incluso, es muy probable que no comparta muchos de sus planteamientos. Sin embargo, he querido defender que no es “mentalista”, en el sentido tradicional que se le asigna al adjetivo dentro del conductismo, por el hecho de usar unos términos. Además, que delimita un nivel de análisis de lo psicológico compatible con la propuesta interconductual, principalmente. Con el conductismo operante por lo menos, comparte quizás, lo mismo que comparte el interconductismo con él. Habría un foro completo sobre eso, me imagino.
5) Finalmente, quisiera discutir con Carlos tu respuesta con respecto al asunto de la diacronía y sincronía. A mi juicio, confundiste sincronía con concreción. Lo noto en la forma como terminaste el párrafo haciendo la distinción entre diacronía y concreción. No. La contraposición es entre diacronía y sincronía, que son categorías temporales que aluden a la secuencialidad y a la simultaneidad, respectivamente. La función estímulo-respuesta de Ribes NO es la concreción, bajo ningún punto de vista. Tal función es por definición una abstracción; es el mayor nivel de molaridad en el análisis de lo psicológico. Se define por un conjunto de contingencias de función, es decir, aquellas que se establecen entre propiedades funcionales y no entre ocurrencias (éstas serían diacrónicas, ocurren en tiempo y espacio). Es decir, la interacción psicológica tiene que ver con dependencias entre propiedades funcionales y no entre dependencias entre ocurrencias y por eso, la conducta psicológica desde Ribes es una abstracción de la sincronía funcional del campo de contingencias, en tiempo presente. Tales contingencias de función se establecen a partir de las de ocurrencia y por tanto, la conducta no es diacrónica; lo son las acciones, que sí tienen dimensiones espaciales y temporales; la conducta no.
Desde este punto de vista entonces, no veo cómo en la propuesta de Roca se considere lo psicológico como diacrónico. No es claro tampoco por qué dices que una definición sincrónica comporta una distinción organismo-medio; al contrario, al ser abstracción prescinde de eso, y se centra en sólo relaciones funcionales. Así, es claro que las leyes podrán formularse sobre tal abstracción y no sobre concreciones. No hay ningún fenómeno psicológico concreto; hay fenómenos psicológicos instanciables a partir de la actividad de los organismos concretos pero eso no corresponde AL fenómeno psicológico. Creo que el asunto en últimas tiene que ver con la molecularidad-molaridad con la que se aborda el objeto de estudio, que no son excluyentes entre sí sino inclusivos.
Para terminar, dos sugerencias: revisa en tus respuestas que has usado dos verbos muy diferentes para caracterizar la asociación: crear y construir. El primero suena místico y el segundo merece precisión. Además, tu inclusión de Davidson acá puede ser confusa; si es el caso, haz una entrada aparte sobre la relación que tú ves.
Un saludo cordial a los comentaristas.
Ricardo Pérez
[Primero, ofrezco disculpas por la referencia a Ribes: ignoro casi completamente su modelo, pero era una estrategia más publicitaria que académica; me aprovecho de su fama. Lo más probable es que me haya equivocado en los comentarios que hice, pero, aun así, creo que la idea que sostengo no está del todo errada. Para no extenderme mucho, no argumentaré sobre esto ahora pero sí en un próximo comentario. En lo que sigue, me centraré en lo que considero más importante: lo que Roca señala como una riña entre principios metafísicos, a saber, el criterio de extensión vs. el criterio de comportamiento]
Convenimos, tanto con Jorge Campo como con Ricardo, con Ribes (2004) y con Roca, en que lo psicológico se abstrae a partir de lo observable y según ciertos principios teóricos. Sin duda. Los estímulos y las respuestas son observables—aunque se den debajo de la piel, pues se definen según el criterio de extensión—, las funciones no. Y todo esto dentro de una postura fisicalista—lo que no es un compromiso metodológico (la observabilidad), sino ontológico: existe una única realidad que toda ella es física en su nivel organizativo más básico.
Lo que Roca sostiene es que la descripción comportamental de la naturaleza puede verse entorpecida por definir los elementos de las relaciones funcionales en términos extensionales, i.e., definirlos en términos de realidades ubicadas espacialmente—que, en el caso particular, son los estímulos y las respuestas, o el organismo y el medio—. No se quiere, sin embargo, sugerir que los elementos estén más allá, o en algún otro tipo de espacio. No, pues somos fisicalistas. Se trata es de mantener el uso consistente del criterio comportamental, como bien lo señala Ricardo, en la definición de todos los fenómenos naturales y en sus interdependencias; dice Roca (1994): «si bien existe una aceptación y una coincidencia en la crítica al criterio de extensión y a la adopción de la tesis de tomar el comportamiento como criterio de entendimiento de la naturaleza, no se han agotado todavía las consecuencias de ese cambio de criterio» (p. 75).
Sea lo que sea que haya en el mundo, «todo fluye» según la fórmula de Heráclito: el devenir. Y en todo caso tenemos que enfrentar al cambio. Del cambio, del llegar a ser, devienen configuraciones particulares de la realidad (concreciones) en momentos determinados. Estas concreciones son las condiciones que determinan el cambio subsiguiente. Bien sea como condición de posibilidad (causa material), bien como presión que demanda ajuste (causa final), o bien como determinantes eficientes. Cualquier segmentación extensional (e.g., organismo-medio) que se haga de la realidad es siempre susceptible de ser analizada en términos comportamentales (i.e., de dinámicas naturales). Esto es la descomposición multifuncional de la realidad, según la cual, tales "realidades espaciales" quedarán atravesadas por las distintas dinámicas que animan la naturaleza. Por ello, la disputa por los elementos de la relación psíquica sólo depende de los principio que se suscriban para el desarrollo de la teoría; no dependen de ninguna correspondencia con ningún fenómeno (si se entendió bien la noción de "juego del lenguaje" no se andará buscando ninguna correspondencia entre porciones lingüísticas y no-lingüísticas de la realidad).
Estamos, pues, defendiendo un juego regido por el criterio comportamental. Si hablamos de estímulos y respuestas y de organismos y medio, indefectiblemente tendremos que hablar de interior y de exterior, pues consideramos algunos estímulos dentro del propio organismo. Desde luego que desde la óptica interconductual esto no comporta mayor problema de entrada, ya que se tiene una definición clara de los fenómenos. Pero es concederle al sentido común la ubicación espacial, por lo demás, innecesaria en un planteamiento funcionalista o comportamental de la realidad. Hablar sólo en términos de las animaciones (o dinámicas, o funcionalidades, o comportamientos) naturales nos evita pensar en términos de estímulos internos o externos; hablamos sólo de reactividad orgánica—que ya incluye los estímulos y las respuestas—que se reorganiza asociativamente (i.e., comportamiento psíquico) según las concreciones físico-químicas (materiales), biológicas (vitales) o sociales (convencionales), —dinámicas éstas que se podrían llamar «el medio»—. Con esto se quiere explotar al máximo el criterio comportamental para evitar las posibles desviaciones que implica el hablar según la extensión. Espero más adelante poder indicar cuáles son estas desviaciones. Por lo pronto recomiendo la lectura de El papel de las instituciones cognoscitivas en la ciencia psicológica (Roca, 1993), donde el autor señala el dualismo que aún gobierna el pensar interconductual: el dualismo sujeto-predicado, de donde resulta lo "contraintuitivo" que menciona Ricardo. Por ahora, sólo extraeré unos fragmentos para incitar la lectura del texto.
«Se parte, por la simple y correcta manera de hablar, de que hay y tiene que haber un sujeto —que se define como el agente de la acción— y un predicado —que describe lo que el sujeto hace» (p. 366). Lo que «comporta situar en el sujeto unas 'capacidades' que configuran una idea que va más allá de la simple sintaxis para dar una lógica explicativa del comportamiento, [...dado que] todos los cruzamientos y usos del lenguaje se hallan instalados en un esquema o molde interpretativo» (p. 367). «Hablar en términos de organismo y medio viene, en primer lugar, a confirmar y reforzar la institución sujeto-predicado. Esto es así por cuanto se supone que el organismo es el sujeto —activo o pasivo— de la adaptación al medio y la adaptación es el predicado, lo que se dice del sujeto con verbos y complementos [...] además, hablar del organismo y del medio como elementos básicos sobre los que se construye la conducta psicológica significa definir la base material de esa conducta corporeizándola; y aunque se hable de comportamiento, ésta se asienta sobre entidades definidas con un criterio de extensión incompatible con el de comportamiento» (p. 368).
Esto es comprensible, pues lo "contraintuitivo" es abandonar el criterio de extensión que rige el hablar cotidiano, según el dualismo sujeto-predicado. «Todo lo que no ocupa espacio no es fácilmente inteligible y, complementariamente, se tiende a representar cualquier cosa respecto de la cual queremos mostrar su existencia» (p. 368). Así, pues, si se superó la extensión respecto de lo psíquico, no fue así respecto de su base material, dado que «decir que la conducta se da como ajuste al medio —o como interacción entre el organismo y el medio— sin especificar en qué consiste ese medio comportamentalmente, significa continuar en la misma dependencia teórica. [...] La indefinición de lo que significa el medio en términos comportamentales lleva a tomarlo todo él como algo inespecífico: el exterior, la estimulación o los inputs» (p. 369; énfasis agregados).
Ribes, E. (2004) Behavior is abstraction, not ostension: Conceptual and historical remarks on the nature of psychology. Behavior and Philosophy, 23, 55-68.
Roca, J. (1993) El papel de las instituciones cognoscitivas en la ciencia psicológica. Revista de psicología general y aplicada, 46 (4), 365-370.
Roca, J. (1994) Problemas filosóficos de la psicología interconductual. En L. Hayes, E. Ribes y F. López (eds.) Psicologia Interconductual. Contribuciones en honor a J.R. Kantor. México: Universidad de Guadalajara. (p. 69-90).
La cita correcta es:
«Todo lo que no ocupa espacio no es fácilmente inteligible y, complementariamente, se tiende a representar espacialmente, cualquier cosa respecto de la cual queremos mostrar su existencia» (p. 368).
Muchas gracias a todos por su participación.
Hola Carlos Mario:
Espero que la discusión siga marchando a un buen ritmo. Con respecto a la interpretación de Roca, estoy de acuerdo con casi todo lo que escribes, excepto con algunas cosas que a continuación te señalo.
Tú escribes:
“Del cambio, del llegar a ser, devienen configuraciones particulares de la realidad (concreciones) en momentos determinados. Estas concreciones son las condiciones que determinan el cambio subsiguiente. Bien sea como condición de posibilidad (causa material), bien como presión que demanda ajuste (causa final), o bien como determinantes eficientes”
Mi reparo es con el concepto de concreción que estás utilizando. Según tu definición es una configuración particular de la realidad que determina el cambio subsiguiente fungiendo como causa material, final o eficiente. Quisiera contradecirte eso. Para eso, me apoyo en algunas citas de Roca:
“…sin la determinación eficiente no se puede llegar a esta especificidad o concreción. Así, por ejemplo, se puede explicar lo qué es un condicionamiento pero la existencia de un condicionamiento concreto -una aversión condicionada a una palabra, por ejemplo- depende también de la existencia de unos determinantes sociales que co-explican este fenómeno psicológico concreto” (pág.42)
“Múltiples situaciones descritas en el ámbito del Percibir y en el ámbito de estudio del Comportamiento Motor, tales como la descrita "Anticipación Coincidente", "Tareas de coger al vuelo" (Taking in fly tasks, Catching Tasks), "Interceptación" y "Rastreo" (Track), son concreciones de la misma funcionalidad general de percibir el movimiento” (2001, pág.107)
“Si tomamos la idea de consistencia o asociación como definitoria del campo psíquico, son las concreciones de las maneras en que la consistencia se construye y se da, las que permiten describir las variaciones cuantitativas en cada situación o fenómeno particular.” (2001, pág.154)
Según tales citas, las concreciones son especificaciones o instanciaciones de una funcionalidad. Extraídos de las citas, éstos son unos ejemplos:
1) GENERALIDAD: Condicionamiento
CONCRECIÓNx: Aversión condicionada a una palabra
2) GENERALIDAD: Percepción
CONCRECIÓNx: Tareas de coger al vuelo
Tanto generalidad como concreción hacen referencia entonces a un nivel de descripción del fenómeno. La generalidad describe el nivel de la funcionalidad, movimiento o comportamiento y el de la concreción un ejemplo o caso de tal funcionalidad, definido en una situación y momento particular, con valores cuantificables particulares. Según esto entonces, la relación entre ambas es de ejemplificación o instanciación.
La forma como tú defines la concreción, que ya resumí, la implica como causa del cambio. Si el cambio es la funcionalidad o movimiento, entonces una instancia suya no puede ser su causa, por lo menos en el sentido que el mismo Roca trabaja la causa. Si así fuera, incluso, caerías en la misma atribución causal extensional, pues la configuración como espacio-temporalmente situada, estaría siendo responsable del comportamiento.
Según Roca, lo que sí es posible es que concreciones reactivas o sociales determinen concreciones de interés psicológico, es decir, valores particulares de variables biológicas y sociales determinen modos particulares de asociación, pero fíjate que es otro asunto.
Por otro lado, ahora entiendo por qué anteriormente relacionaste las famosas concreciones con las funciones estímulo-respuesta de Ribes: ¡el mismo Roca lo dice! Acá está la cita: “Las denominadas "funciones de estímulo-respuesta" como concreciones de la organización funcional psicológica…” (2001, pág. 38). Siendo consistente con lo que he comentado, la función estímulo-respuesta en Ribes no es una concreción; corresponde al nivel, precisamente, de funcionalidad, al que hemos descrito como de mayor generalidad o molaridad en la descripción psicológica. Es análoga a la percepción, condicionamiento y entendimiento en Roca.
No entendí lo de “cambio subsiguiente”; sería bueno que lo elaboraras.
Cuando sigues avanzando en el mismo párrafo, hablas de la segmentación multifuncional de la realidad, como ejemplo del análisis de concreciones. Creo que allí también es importante hacer una distinción. Tú puedes proponer un fenómeno concreto (situado, específico) definible no disciplinariamente; quizás sí a partir de las prácticas cotidianas que se dan a través del lenguaje ordinario. El ejemplo clásico: un partido de fútbol. En éste puede llevarse a cabo un análisis de la funcionalidad físico-química, biológica, psicológica y social. Allí habría tal segmentación multifuncional. Pero por decirlo de algún modo, el partido sería un conjunto de concreciones que no corresponde en sí mismo con una funcionalidad, y por tanto, no sería una concreción psicológica del tipo que venías planteando.
De todo lo anterior y de tu comentario, me surgen las siguientes inquietudes que propongo para discutir:
- ¿Existen concreciones psicológicas? Por ahora, me arriesgo a decir que no, en el sentido de un fenómeno psicológico particular.
- ¿Llamar a los diversos comportamientos de ajuste medios, no complica las cosas? A sabiendas de que un medio media, y si media es porque hay cosas que mediar, de lo contrario no existiría.
- Y la última es más una solicitud o un favor. A beneficio de los interesados y curiosos de lo que implica la propuesta de Roca, ¿podrías ilustrar con un ejemplo (una concreción) la diferencia entre un abordaje típico extensionalista conductista o interconductista y otro naturalista roquiano, de un mismo fenómeno? ¿Y qué se gana con este último?
Abrazo y saludos
Creo que el dominio terminologico de quienes escriben es amplio. No es mi caso, pero espero aprender y aportar lo que se pueda a la discusión.
Respecto a la respuesta que se dio anteriormente sobre el porque de terminos como "reacciones vitales" o "psiquico", se argumento que este tipo de terminos, con una carga historica mentalista - se menciona algo sobre el rescate de estos terminos-, se habian evitado dentro de la tradicion coductista en general, pero que, Roca los introduce en un contexto conceptual no problematico, con un significado preciso.
Sin embargo ¿No son problematicos en sí? creo que es una complicación inecesaria, ¿Por qué rescatarlos? ¿No son ambiguos? me suenan a un alarde del lenguaje, un adorno ¿Qué aportan al entendimiento del comportamiento?
Ahora, en cuanto a la definición de "lo psicologico". se dice que no es lo mismo el comportamiento biologico y el psicologico. se asume que el objeto de la psicología es el comportamiento psicologico, y dado que el esquema E-R es propio del comportamiento biologico, se rechaza como una forma de entender lo psicologico. Siguiendo este analisis "todo parece estar en su lugar".
Pregunto ¿Qué es el comportamiento biologico? ¿Qué es el comportamiento psicologico? supongamos (para propositos de analisis) que la respuesta propuesta a la ultima pregunta es "X", en terminos de Roca. Por lo tanto quienes estan de acuerdo con Roca, dirian _pues si, eso es el comportamiento psicologico. Anteriormente se menciono "la esencia de la naturaleza es el movimiento" (suena a tautologia), lo cual muestra un esencialismo puro. Este esencialismo se manifiesta al afirmar que el comportamiento psicologico consiste en "X". Nunca se podra saber con certeza que es "lo psicologico", a lo más que se puede aspirar es a obtener una representación formal (que seria x) de ello. En el nivel de analisis en el que nos ubicamos es un error caer en el esencialismo. Por ejemplo, no es lo mismo decir - en un nivel de analisis más fino como el subatomico- que la esencia de un electron es la carga electrica negativa (de lo cual se obtiene una definición muy precisa), a decir - en un nivel de analisis extremadamente inclusivo- que la esencia de lo psicologico es "X".
Las definiciones con pretensiones universales son metafisicamente ingenuas, ya que una defición es util solo en la medida que nos permite hacer referencia a los elementos y las relaciones que se dan entre ellos en un fenomeno dado, cuyo objetivo no seria otro más que aclarar de que estamos hablando.
Se menciono que lo psicologico se abstrae de lo observable... los estimulos y las respuestas son observables, las funciones no. se hablo del fisicalismo en Roca como algo ontologico no como algo metodologico, ya que hay una unica realidad... En relación a esto y a la distincion entre comportamiento biologico y psicologico, y al rechazo de E-R cito lo siguiente:
"La distincion entre los diferentes niveles de analisis son epistemologicas, no ontologicas. La distinción es entre diferentes caminos para estudiar la misma naturaleza, no diferentes naturalezas. La precisión de relaciones funcionales descubiertas a un nivel conductual -más inclusivo (añadido)- algunas veces pueden ser mejoradas cuando son suplementadas por observaciones a niveles de analisis más finos, como el microconductual o neural" (Donahoe y Palmer,1993).
Donahoe y Palmer,1993. Learning and complex behavior.
El comportamiento se encuentra en un continuo de observabilidad. Ejemplo: toser (sin estar enfermo): que la actividad de neuronas motoras determine la actividad de toser, no es razon para distinguir dos eventos distintos. son dos dimensiones de una simple respuesta.
Ahora supongase que ese toser tuvo una consecuencia en una determinada situacion social -ante personas desconocidas-, como el que alguien le pregunte si se encuentra bien, lo que termina en una conversación. Aqui se identifica una cosecuecia que proviene del "exterior", un estimulo- que pudiera o no ser reforzante dependiento de la historia del individuo-, el cual se da en un contexto convencional. Tanto el toser como el disparo de la neuronas motoras involucradas se ven afectadas en el futuro en tal situación.
un estimulo va desde un tono, una luz, un contexto ambiental, hasta un abrazo (acaso tambien estimulos internos). una respuesta va desde un registro electrofisiologico de un area cerebral (sistema interno de respuesta), un pestañeo, un grito por un gol del Real Madrid, hasta la produccion del concepto mas abstracto como "comportamiento". Puede haber debate al respecto, pero ¿Cual es el problema con E-R en psicologia?
Parece que me salgo algo del tema pero lo considere necesario.
Creo que el estudio de cualquier nivel de analisis, lo que implica la utilizacion de ciertos conceptos, que aporte más al entendimiento del comportamiento es valido y deseable.
No se si mis ideas estan bien expresadas pero espero aclararlas si es necesario. En todo caso, mi objetivo era cuestionar el porque esa enconada defensa de que "lo psicologico es esto y no lo otro". Por que lo inapropiado de E-R y lo apropiado de "psiquico".
Estoy leyendo más sobre la propuesta de Roca (claro que no solo de esta) y espero entenderla mejor . Por favor, me ayudarian si señalan errores en los terminos que utilice, o en lo que no estan de acuerdo. Quiero pulir la forma en que expreso mis ideas.
A proposito
¿hay una diferencia real entre conducta y comportamiento?
Por ultimo me interesan las respuestas a las preguntas formulada por Ricardo ¿podrías ilustrar con un ejemplo (una concreción) la diferencia entre un abordaje típico extensionalista conductista o interconductista y otro naturalista roquiano, de un mismo fenómeno? ¿Y qué se gana con este último?
Saludos a todos. (Daniel o ldismetal)
Hola a todo y gracias por su participación.
Empezaré por responder lo más sencillo: según Roca, conducta y comportamiento son términos sinónimos que se igualan en la descripción funcional de la naturaleza —aunque yo preferiría no usar "conducta", pero es sólo un capricho—. Daniel, puedes leer el texto Conducta y conducta, es breve pues (creo) son las notas del profesor Roca para un conferencia presentada en Santiago de Compostela, donde señala la diferencia entre la conducta en términos de extensión y conducta en términos comportamentales (por eso el título del texto).
Ahora, corregir un error: los estímulos y las respuestas pueden ser definidas también en términos comportamentales (cada una de ellas como relaciones de cambios energéticos, o como integradas en el comportamiento reactivo). El error que se señala al denunciarlas es el no reconocer la continuidad ordenada entre los comportamientos, pues éstas, al pertenecer al nivel físico-químico, son la base material del comportamiento reactivo y no del psíquico.
Sobre las concreciones y los comportamientos
Estoy de acuerdo con la clara división que hace Ricardo entre generalidad y concreción. Pero si no hubiesen concreciones físico-químicas que posibilitaran el comportamiento vital, no hablaríamos de comportamiento psíquico [ni siquiera hablaríamos... ni existiríamos, de hecho :)]. Es porque el nivel material se organizó (se concretó) de determinada manera que surgió la vida —no es difícil pensar que el mundo pudo no haberse organizado en más niveles que el físico-químico, pues parece ser lo que pasa en el resto del universo—. Así, son condiciones trascendentales, si se quiere, el que otras dinámicas se concreten en formas particulares para que se puedan dar ordenes supervenientes (para empezar a introducir a Davidson). Esto es: organizaciones superiores que surgen a partir de las más primitivas, y sólo en virtud de éstas (¡adiós fantasmas!), puesto que el cambio configura nuevas posibilidades... (corrimos con suerte).
Esta es la idea de la unidad general —y superveniente, agregaría— de la naturaleza. Y es un primer paso para lograr la unidad de las ciencias, por la continuidad en los fenómenos naturales. Pero no implica la invasión conceptual, pues se tienen claras las interdependencias como también las especificidades. Así, La psicología estudia el comportamiento asociativo (que es la realización —para cambiar los términos "crear" y "construir", se quiere indicar que "llegan a ser"— de consistencias relacionales entre reacciones orgánicas); la biología estudia el comportamiento reactivo (que son las relaciones e→r, pues "la reacción vital es siempre la reacción consecuente a un estímulo; no tiene sentido biológico que exista una respuesta sin estímulo" (Roca, 200?)); la física el comportamiento conmutativo (relaciones energéticas, que son los estímulos y las respuestas, por separado, como elementos de la relación reactiva); y la sociología estudia el comportamiento convencional (relaciones consistentes entre los psiquismos individuales).
El fragmento de mi comentario anterior, citado por Ricardo, no señala ningún comportamiento en particular. Se refiere, es, a las distintas interacciones (o interdependencias) que se pueden dar entre ellos. Por ello, no estoy diciendo que una "instancia suya [de un comportamiento] pueda ser su [propia] causa" —parafraseando a Ricardo.
Roca, J. (200?) El Mito del innatismo. www.Liceu Psicològic.org
(continuará)
Para responder explícitamente la pregunta de Ricardo: Sí, existen concreciones psicológica en tanto asociaciones particulares (concretas) de reacciones orgánicas. Las cuales dependen:
(a) para su existencia
(a') de concreciones particulares de los comportamientos más básicos (reactivo y conmutativo);
y (a'') de una concepción formal, cualitativamente diferenciada, del mismo proceso psíquico que lo diferencie de las otras formas de comportamiento (conmutativo, reactivo y convencional);
(b) para llegar a ser tal concreción, de las presiones (eficientes) que ejercen los comportamientos distintos al psíquico (conmutativo, vital y convencional) en sus formas concretas;
y (c) para ser definidas (las concreciones) como dimensiones diferenciales dentro del funcionamiento asociativo (bien sea como percepción, como condicionamiento o como entendimiento), de la existencia de estas otras tres formas de comportamiento cualitativamente diferenciadas, las cuales exigen ajuste.
Hola Daniel, estos son mis comentarios a tus comentarios. Te ruego me disculpes por la extensión; lo consideré en este caso inevitable pero procuraré no extenderme en próximas reflexiones. Los organizaré de acuerdo a 3 aspectos, que son varias caras de la misma moneda pero que es útil distinguirlos.
1) Esencialismo. Entiendo tu crítica sobre el esencialismo pero quiero mostrarte cómo no aplica en este caso lo que se critica. Comparto la gran mayoría de las críticas que se hacen al esencialismo en ciencia y en particular en psicología. Mis comentarios al respecto voy a tomarlos desde el tratamiento crítico que han hecho de él los autores seleccionistas en psicología (v.gr. Palmer, Donahoe, Burgos, y quizás Schlinger entre otros), más que de la propuesta inicial de Popper y la referencia de Mayr.
¿Qué comparto?
- No es una práctica saludable suponer la existencia de esencias últimas ni universales, a la manera de un realismo metafísico medieval. Si se plantean como explicación toca explicarlas y cuando se hace esto, se llega a un callejón sin salida.
- No deben plantearse esencias formales como causa del comportamiento. De acuerdo, a la manera de Schlinger por ejemplo, no existe una inteligencia que defino de antemano formalmente para estudiar cómo se manifiesta en la conducta.
- Plantear esencias causalmente lleva a un razonamiento circular, como aquel que resulta de reificar la memoria e integrarla en la explicación de la acción.
- Las definiciones absolutas apriorísticas limitan la exploración científica y se relacionan con una actitud inflexible frente a la dinámica del mundo (al tratar de imponer la definición) y frente a las mismas definiciones (al tratar de ajustar el fenómeno a ellas).
Curiosamente Daniel, algunos ejemplos de una perspectiva esencialista los extraje de tu mismo comentario, porque quizás inadvertidamente, enfocas algunos asuntos de esta forma. Estos ejemplos son:
• “¿No son problemáticos en sí?” Lo “en sí” es un supuesto esencialista. Desde la crítica, ninguna cosa es en sí nada; si lo fuera, sería esencial y absoluto.
• “Nunca se podrá saber con certeza qué es "lo psicológico". Esta es una afirmación típicamente esencialista porque supone que lo psicológico es algo cuya naturaleza es desconocida y se hacen intentos fallidos por conocerla. Es un algo inalcanzable y por tanto, lo mejor es en últimas no hablar de eso.
• “¿(…) hay una diferencia real entre conducta y comportamiento?”. “Diferencias reales”, lo que “realmente es”, son expresiones típicas del esencialismo, pues igual que en el caso anterior, supone una realidad metafísica que se pretende conocer puramente.
Los casos en los que veo que la crítica al esencialismo puede desviarse, son aquellos referidos a las definiciones. En particular, se critica que una definición sea formal, a priori, impuesta, absoluta y rígida. El principal argumento es que limita y hasta pervierte la indagación científica que debe ser sensible a los fenómenos empíricamente establecidos. En lo fundamental estoy de acuerdo; sin embargo, no comparto la crítica a todos los intentos de definición a priori, por el mismo hecho de ser a priori, pues se confunde el momento de la definición con su función heurística, la cual, siendo consistente con los críticos mismos, debe primar como criterio: es decir, aportar a la comprensión de la conducta. Para detallar más esto, entraré al segundo apartado e iré haciendo las conexiones respectivas.
2) Nivel de análisis. Supongamos Daniel que queremos estudiar la alimentación. Al parecer, no tenemos problemas para hacer entender de forma suficiente qué tipo de fenómeno es el que nos interesa. De él nos puede decir algo la abuelita, el primo, el amigo, el señor de la esquina, el maestro, el médico, etc. Vamos entonces a decir, que fenómenos como la alimentación son definibles ordinariamente; es decir, con el lenguaje ordinario, común, el de todos los días, podemos llegar a ese fenómeno.
Para estudiarlo completamente, vamos a analizarlo, es decir, separarlo. Nos interesaría entender asuntos del alimento; de los procesos biológicos que tienen lugar en la ingesta, la digestión y la excreción, entre otros; lo que aprendemos sobre la comida, los alimentos, los horarios para comer, lo gustos y aversiones, su percepción visual y gusto-olfativa, etc.; pero también, prácticas culturales y tradicionales sobre sazón, condimentación, usos, prescripciones, etc. No es común que una sola persona pueda dar cuenta de todo eso, y si llegara a haber una carrera universitaria sobre el tema, tendría que ver esto y otros aspectos. La sociedad ha diferenciado por múltiples razones, conjuntos de saberes como disciplinas que se especializan en abordar cada uno de esos aspectos, con más o menos solapamiento. Allí entonces llega el nutricionista, el médico, el psicólogo, el antropólogo, etc., que decimos se ocupan de ciertos “niveles de análisis”.
¿Cuál es el nivel que le corresponde ver al psicólogo? Decir que el nivel de lo psicológico no dice nada, pues supondría el supuesto esencialista de que existe algo que se llama psicológico, que está ahí esperando a ser descubierto. No. Tal nivel se define como cualquier otra cosa, arbitrariamente desde una perspectiva, que podríamos llamar un sistema categorial. Hay muchos. Ninguno es la verdad, porque ésta es un supuesto cercano a tal esencialismo. Se trata de definiciones que pueden resultar más o menos útiles para el trabajo de estudiar un nivel de análisis particular. Sería deseable que este nivel de análisis fuera diferente a los demás; de lo contrario, no se justificaría llevarlo a cabo.
Bueno, pues la propuesta interconductual (que ya tiene variedades, incluyendo la psicología naturalista de Roca, pero a su vez una semblanza de familia) propone pensar ese nivel de análisis teniendo en cuenta básicamente dos criterios: el resto de los niveles de análisis de los que se encargan las disciplinas, sencillamente para encontrar identidad; y por otro lado pero derivado, que igual que estas disciplinas, se ocupe de un tipo de dinámica y no de cosas. Echemos un vistazo: la física y la química estudian un tipo de dinámica que se define además por una historia infinita (la de la materia); la biología se interesa por la dinámica de la vida pero ésta se concreta en individuos que hacen parte de especies, y la evolución de éstas define las características de aquéllos que permite afirmar que viven y pueden vivir de cierto modo; por tanto, la historia relevante allí es la filogenia (en esta se define la reactividad sensorial, procesos celulares, metabólicos, etc.). Las ciencias sociales están interesadas en grupos, no en individuos, pero especialmente en su dinámica, sociedades, culturas, movimientos; su historia, por lo menos será la de la humanidad. Según esto, ninguna se ocupa de la historia ontogenética: el conjunto de relaciones propias de la historia individual. A esas relaciones se les llama desde esta perspectiva conducta psicológica. Si comparas con lo que tradicionalmente ha estudiado la psicología, ahí está, sólo que quizás abordado con términos y usos de éstos diferentes, es decir, con una geografía lógica diferente.
Retomando, desde esta perspectiva, si un psicólogo quiere decir algo con respecto a la alimentación, pues será un fragmento definido por un sistema categorial y éste de la psicología interconductual (ampliamente concebida) propone que diga algo respecto a las relaciones con el alimento que se adquieren en la vida individual, no definidas por la filogenia, ni la cultura, etc., pero claramente, posibilitadas por ellas.
Es hora de citarte y vincular lo anterior con tu cita. Escribiste:
“Creo que el estudio de cualquier nivel de análisis, lo que implica la utilización de ciertos conceptos, que aporte más al entendimiento del comportamiento es valido y deseable”
Claro. Si se trata de estudiar fenómenos como la alimentación, es decir, definibles ordinariamente, es deseable, necesario e indispensable estudiar la mayor cantidad de niveles de análisis posible. Esto se aplica a otros como la violencia, el amor, la religión, el deporte, la enfermedad, etc. Pero el asunto que se propone desde esta perspectiva es que ésos no son conducta (como relaciones ontogenéticas), sino fenómenos que incluyen conducta y por tanto, no sería preciso afirmar que para entender la conducta se requiere estudiar cualquier nivel de análisis.
La conducta de interés para un psicólogo corresponde a un nivel de análisis, ciertamente definido desde un sistema categorial particular, que no corresponde a una nueva ontología sino a un conjunto de aspectos que conocer (por tanto es un nivel epistemológico), definidos desde el sistema categorial, es decir, que no preexisten o supraexisten a él. Tales aspectos incluyen el tipo de cosas que es legítimo observar, medir, cuantificar, etc., desde esa perspectiva. Pueden incluir, aspectos de otro nivel de análisis pero ahora integrados según las categorías del sistema.
3) Uso técnico de los términos
Si tal nivel de análisis de interés para el psicólogo es diferente de otros, y no coincide con los fenómenos definibles ordinariamente (es decir, como categoría, conducta no es igual a amor ni igual a una meiosis ni a un intercambio químico, aunque los incluya o se incluya), entonces resulta útil y conveniente que los términos que use o sean nuevos o sean usados de una forma diferente a como se usan ordinariamente. Para hacer ciencia, necesitamos entendernos sin ambigüedades. Los términos del lenguaje ordinario se usan multívocamente, es decir, no hay una correspondencia uno a uno entre un término y un estado de cosas. Por ejemplo, querer, opinar, sentir, etc. Además, traen consigo un orden particular, como por ejemplo considerar que sentir y pensar son opuestos o cosas por el estilo. A ese orden se le llama geografía lógica. Ésta y el hecho de que sean multívocos no favorecen su inclusión para la ciencia que pretende estudiar un nivel de análisis que no coincide con lo que estos términos comunican.
La opción entonces es incorporar términos nuevos y usarlos unívocamente o incorporar otros ya existentes pero también, usarlos unívocamente; esto quiere decir, con una correspondencia uno a uno con un estado de cosas. A este tipo de uso se le denomina un uso técnico. Si no se especifican los criterios del nuevo término o el nuevo uso, no nos vamos a entender y seguirá siendo la psicología una torre de Babel. Ejemplos: ADN, electrón, meiosis, etc.; corresponden a un estado de cosas y se pueden usar para describir lo mismo, sin ambigüedades. Otros no son nuevos pero su uso sí es técnico en la respectiva ciencia, como fuerza o masa.
Fíjate, lo importante es el uso técnico, no el término, aunque a veces es más fácil dejar a un lado unos términos e incorporar otros que respondan a la nueva geografía lógica. Eso quiere decir que no se puede incorporar el término “pensar” porque con éste se pretende comunicar un estado de cosas variable según el contexto y que no corresponde con el estado de cosas definido ahora desde el sistema categorial. Es decir, no hay ninguna categoría en el sistema que corresponda con esos múltiples usos. Entonces el término confundiría y lo mejor es no usarlo. Una práctica indeseable es traducirlo o forzarlo como hablar de “conducta de pensar”.
Ahora retomamos el punto 1. Si tenemos términos que vamos a usar técnicamente, debemos estipular ese uso; por tanto, tenemos que definirlo. Esta definición es convencional, claro. Desde la propuesta interconductual, se acostumbra a especificar los supuestos lógicos y epistemológicos (lo ves en Kantor, en Ribes y en Roca), y a definir cómo se van a usar técnicamente los términos. Y la primera definición que se considera indispensable es cómo se van a establecer los límites del nivel de análisis que interesa; ahí llega la definición de conducta psicológica. No se trata entonces de una definición de una entidad esencial que se llama lo psicológico y que espera ser conocida, ni una declaración dogmática de verdad. Se trata de la estipulación del uso de un término en un sistema categorial particular (la taxonomía X), que delimita lo que se va a estudiar, hasta dónde se ve, según criterios especificados. Si no se comparte eso, pues se adopta otro sistema categorial. Los criterios de selección serán muchos (tradición, gusto, coherencia, etc.); yo considero que dos son fundamentales: representatividad de los fenómenos que acontecen en la naturaleza y coherencia interna. La gente “crea”, “piensa”, “siente”, “aprende”, los niños aprenden a hablar de determinada forma, etc. El sistema, desde su geografía lógica, debe poder abarcar aspectos relevantes de esos fenómenos definidos ordinariamente. Por otro lado, el conjunto de sus categorías y conceptos debe guardar un orden que no lleve a la contradicción, que sea económico, que tenga consistencia.
Estas definiciones taxonómicas (de clasificación del fenómeno definido por el sistema) no se comprueban empíricamente y por tanto no son sensibles a la indagación empírica. Sólo se puede decir si son coherentes o no con el resto del sistema y con los niveles de análisis de los que pretende diferenciarse. Entonces no son el tipo de definiciones que puedan ir cambiando a medida que se descubren ciertas cosas, porque al contrario, son las que orientan lo que se ve. Sin embargo, eso no implica no estar atento a inconsistencias. Si se advierten éstas en las interacciones entre niveles de análisis o incoherencias dentro del sistema categorial, pues se tiene la suficiente flexibilidad para ajustar lo que haya que ajustar. Hay otros constructos y definiciones de menor nivel de molaridad que son más sensibles al cambio; pues se cambian si es necesario, pues como son unívocos, su extensión depende de su referente. Es la verdad o falsedad de un enunciado sobre un hecho del mundo el que debe enfrentar la prueba inexorable de la indagación empírica, pero estos enunciados están en un nivel de abstracción diferente al de las definiciones taxonómicas; y por vías más indirectas, se va evaluando la coherencia del sistema categorial.
Entonces estas definiciones del uso técnico de términos no son absolutas como cerradas. Además, en un sentido son a priori por necesidad lógica y procedimental: definen lo que se va a considerar relevante ver. Hanson y otros muchos filósofos de la ciencia han hecho mención a esta necesidad: cualquier observación está cargada de teoría; es inevitable. Qué bueno poder hacer explícitos esos supuestos teóricos que orientan lo que ves en lugar de estar sólo curioseando (también difícil de imaginar) o estar buscando algo que no sabes por qué y qué tiene que ver con la identidad disciplinar, si es que estás interesado en la investigación definida disciplinariamente y no tecnológicamente u ordinariamente.
Vamos a evaluar los problemas que Palmer y Donahoe (1992) plantean con el esencialismo, y los contrastamos con el hecho de definir el uso técnico del término “conducta psicológica” como relación construida en la ontogenia.
1) ¿Se supone un realismo metafísico? No. Lo psicológico no es una entidad esperando a ser conocida sino un concepto definido desde un sistema categorial.
2) ¿Hay atribución causal? No. Tal conducta es lo que hay que explicar, ella no explica nada.
3) ¿Hay razonamiento circular? No. No es un argumento de nada, ni se prueba a partir de otro término que se pruebe con el primero.
4) ¿Limita la indagación empírica? No en el sentido de la crítica, como freno del progreso científico. En su lugar, delimita lo que se observa y constituye el marco de referencia del proyecto de indagación empírica de una ciencia.
5) ¿Da lugar a una explosión de términos? No, dado que por explosión se entiende una multiplicación incontrolable de entidades. Al contrario, reorganiza o adopta términos que se caracterizan por guardar una coherencia interna.
Algunas respuestas puntuales
- En tu comentario pareciera que justificas el esencialismo para niveles de análisis subatómicos. ¿Es un asunto de grado para ti? Lo vinculas además con definiciones precisas. Ciertamente, las definiciones precisas tienen que ver con la estipulación del uso técnico de un término, no con esencialismo.
- ¿Por definición universal entiendes compartida por todo el mundo? Eso es difícil en psicología. Una definición dentro de un sistema categorial, es compartida por los que adoptan tal sistema categorial para desarrollar su estudio. Por tanto, no es ni absoluta ni universal. Es genérica como cualquier definición.
- Toser desde esta perspectiva no es conducta, es respuesta o acción. No es ni psicológica ni biológica “en sí misma”. Todo depende de lo que mires en relación con eso, lo que indica no sólo tu sistema categorial sino también los límites del nivel de análisis que éste propone. El toser puede ser analizado en múltiples niveles, por tanto es un fenómeno definible ordinariamente y no le corresponde de antemano a ninguna ciencia.
- Si se estudia particularmente la forma como el toser de una persona se vincula funcionalmente con un evento, tú definirás el nivel de molecularidad de tu observación. Si pretendes estudiar la relación funcional misma, no tienes que llegar hasta el cerebro para hacerlo pues encuentras orden ahí, en el acto mismo de toser tal y como lo observa un tercero y el evento. Si al contrario, te interesa un análisis molecular de ciertos componentes de esa respuesta en la relación funcional, pues ves eso. Pero lo que interesa, definido desde este sistema categorial, es el establecimiento de tal relación funcional en la ontogenia. Si te interesa el toser en varias dimensiones de análisis, pues integrarás diferentes niveles incluyendo aquellos de orden físico-químico. Fíjate que esto último se vincula con la investigación tecnológica mientras la primera con la investigación disciplinar.
- No hay ningún problema con las relaciones E-R. El asunto es que su dinámica está definida filogenéticamente y por tanto, no nos interesa estudiarla tal cual. En la ontogenia tales relaciones entran en un nuevo orden definido por consistencias históricas, de modo que ya ese par no se presenta así; decimos que se integra funcionalmente. Por ejemplo, mientras la relación comida-salivación no depende de lo que aprendas en tu vida, sí depende que ahora salives cuando ya no está presente la carne. Acá ya no se da ese par; incluye más elementos y relaciones establecidos en tu historia. Ese nuevo orden es el que se denomina orden psicológico.
- La “enconada defensa” es un ejercicio académico de argumentación. No se trata de una religión. Se exponen los principios y se da la opción de debatirlos, como es éste el caso contigo. Es un intento de difundir uno de tantos sistemas categoriales en psicología, que a juicio de algunos, resulta coherente y con valor heurístico para hacer psicología. Yo mismo tengo mis críticas al modelo de Roca, pero acá estoy tratando de asumir una actitud equilibrada.
- Existe una distinción etimológica entre conducta (relacionada con conducir o guiar) y comportamiento (relacionado con portar, traer consigo). Sin embargo, ambos son términos del lenguaje común y por tanto, no se usan técnicamente. Algunos sistemas categoriales en psicología intentan definir su uso técnico diferenciándolos o equiparándolos, pero esos usos no son compartidos por todos. En particular, para la psicología naturalista y en general para la interconductual, son equivalentes. La distinción que sí es muy importante no es de términos sino de usos (de conceptos): conducta desde esta perspectiva es interacción o relación (Kantor la llamó interconducta; ése término sí permite un uso técnico) y no movimiento o conjunto de movimientos; éstos se denominan mejor respuestas o acciones. Aunque te insisto, la distinción no es compartida por todos los sistemas categoriales y no son términos de uso técnico, desafortunadamente.
O.k Daniel, reitero mi disculpa por la extensión. Celebro la posibilidad de sostener este “diálogo”. Saludos.
Ricardo Pérez
Brevemente.
Agradesco los comentarios Ricardo. Creo que la proxima vez debere poner màs atención a los terminos que utilizo para expresar mis ideas. Por lo que señalas, algunas cosas fueron digamos descuidos, en otras creo que si cai en el sentido comun que se evidencio con tu analisis, lo que extrañamente contradise mi critica al esencialismo.
Me queda claro el por qué la importancia de definir la conducta psicologica. Igualmente estoy de acuerdo en que una definición precisa no tiene nada que ver con el nivel de analisis, sino con el uso técnico del termino.
Revise el material de "Conducta y conducta", me aclaro muchas cosas que no entendia de Roca, espero pronto escribir comentarios al respecto.
Agradesco nuevamente los comentarios y me disculpo por la ingenuidad al momento de usar algunas palabras al modo del sentido comun, debo eliminar los vicios del lenguaje que me dejo mi universidad (esto me causo problemas cuando fui al CEIC de la U de G, donde habia investigadores que utilizaban conceptos que yo intentaba entender segun el lenguaje comun, lo que es imposible. Por cierto, ahi andaba un tal Dr. Ribes, que en ese momento yo ni sabia quien era).
Veo que conoces el trabajo de Donahoe, Burgos y Palmer. Me gustaria comentar sobre su "aproximacion bioconductual".
¿Podrias proporcionar tu e-mail?
¿En que Universidad estudias, egresaste, o trabajas?
Saludos (Daniel)
Hola Daniel, no hay disculpas que dar en absoluto; no aplica en este contexto. Este es el ejercicio: escribir, devolverse, reescribir, etc. Y también es la ganancia, que otros te señalen aspectos de tu discurso que te enriquezcan. Todos estamos en igualdad de condiciones al respecto.
Yo soy psicólogo egresado de la Universidad Nacional de Colombia ,tanto a nivel de pregrado como de maestría. He sido docente catedrático allí y en otras universidades. Ahora adelanto mi doctorado precisamente en el CEIC de la UdG. ¿Y tú?
Sé de la recomendación de no publicar emails para evitar spams. Pero me informaron que ambos somos miembros del grupo de modo que internamente podemos comunicarnos con el correo del mismo y allí pasarnos los correos personales.
Saludos cordiales
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Aclaración
Ahora que releo el comentario de Daniel, me doy cuenta de que puede parecer que yo lo estuviera "corrigiendo" respecto del error sobre la observabilidad de los estímulos y las respuestas. Sin duda, el error fue mío (comentario 6).
Una consideración breve sobre lo epistemológico/ontológico
«La distinción es entre diferentes caminos para estudiar la misma naturaleza, no diferentes naturalezas» (cita Daniel en su comentario), esto es a lo que me he referido con fisicalismo y es una afirmación ontológica: hay una única naturaleza y todo es natural. Pero que sea una única naturaleza no quiere decir que toda ella, según nuestras descripciones, sea igual o que funcione de una única manera. Nosotros, los humanos, nos tomamos el trabajo de "encontrar" aquellos principios que la animan de forma diferente, y según los cuales proponemos diferentes segmentaciones de ésta. Y esto es lo que quiere decir que la división sea epistemológica; que depende de categorías humanas (como lo ha expresado con claridad Ricardo).
Sobre el lenguaje técnico/cotidiano
Dado que desde el sentido común no se pretende poseer un conocimiento "técnico" de "lo mental", siempre se está dispuesto a escuchar lo que los académicos tienen para decir sobre ello. Por eso, «…debemos pensar desde una óptica culta aun cuando sigamos hablando desde una perspectiva vulgar» (Rorty, 1996; p. 168), y de paso, culturizar al sentido común. Las palabras a las que se acude son "indicios" que facilitan la intuición para llegar a una mejor comprensión del fenómeno (Roca, 1997). Veamos casos concretos.
Nadie negará que el término intención referido a las proposiciones es lo que podemos llamar un término 'técnico' filosófico. Y no por eso se ha dejado de usar esta palabra dentro de la filosofía misma y en el habla popular para referirse a 'lo que se propone' un agente. Lo mismo pasará con la intuición popular, la intuición kantiana, o la intuición wittgensteiniana. Quizás el mejor ejemplo sean los muchos términos que adquieren un sentido completamente nuevo en física o cercano al del sentido común. Generalmente, cuando queremos procurar cierta precisión conceptual, se hace necesario explicitar el contexto de uso de los vocablos, y no por ello los abandonamos como "contaminados" o "inútiles".
Lo que quiero señalar es que algunos casos concretos parecen mostrar que no hay inconveniente con usar palabras del habla popular y "tecnificarlas" (y que también se puede dar el caso contrario: del técnico al popular). Por ahora, esto es lo que tenemos de base; ya le corresponderá a la psicología mostrar por qué se da con mayor facilidad determinada función estímulo-respuesta en virtud de las propiedades históricas del estímulo convencional (¿lo dije bien?); o por qué el entendimiento —la asociación de reacciones orgánicas al nivel psicosocial— se realiza "mejor" o "peor" según se dé en virtud de ciertas convenciones; o por qué la ambigüedad en la información... etc., etc., etc. O, a la sociología, dar cuenta de los procesos de consolidación de las convenciones.
Entonces, si lo pueden hacer otros académicos, lo podemos hacer nosotros. Así, seguir usando estas palabrejas es algo que depende de la afinidad teórico-estética (si se me permite) de quien se identifica con una teoría, pues, desde Wittgenstein, las palabras son herramientas. Para Roca cuenta la irreverencia al hacerlo más que el deseo de recuperar su "sentido original", pues somos psicólogos los que estamos hablando y no "conductólogos" (recordar fragmento citado en el texto de esta entrada (arriba)) o alguna otra cosa. Es, en últimas, la irreverencia frente a los modelos desnaturalizados y el reclamo de lo que es propio (cf. p. 26, Roca, 1997). Por eso invito a usar este vocabulario según los venimos definiendo para encontrar que, si se pierden los miedos a palabras proscritas, el uso de éstas se hace tan natural y simpático como el de cualesquiera otras. Ya que, desde luego, los términos no son «problemáticos en sí» pues no tienen ninguna "esencia" que los determine además del uso que se les dé (Las Investigaciones Filosóficas de Wittgenstein nos ilustrarán al respecto, o los ensayos de Richard Rorty (1996) 'Textos y Terrones' o 'Ruidos poco conocidos', ambos en Objetividad, Relativismo y Verdad). El «aporte» depende del uso congruente de todos los términos con los "primeros principios" que rigen la teoría y con las prácticas sociales circundantes. Y esto es lo que hace que la respuesta "X" sea una «representación formal», según lo expresa Daniel, pero el único tipo de respuesta que sabemos dar los humanos (gran parte de la obra de Rorty se dedica a defender esta idea). Son, pues, cuestiones extra-teóricas las que determinan la consolidación de una narrativa teórica como práctica social difundida. Desde dentro de la teoría lo más que podemos hacer es construirla con la mayor pulcritud posible. Y eso se logra —y se viene trabajando— tanto en el interconductismo como en la psicología naturalista de Roca.
Roca, J. (1997). Respuesta al comentario de Emilio Ribes. Acta comportamentalia, Vol. 5. N. 1. pp. 25-29
Rorty, R. (1996). Objetividad, relativismo y verdad. Escritos filosóficos 1. Buenos Aires: Paidós.
Solo por esta vez. Prometo no utilizar este medio para comentarios como este en adelante.
Soy egresado de Psicología educativa (ya que no habia otra opcion que no tuviera nada que ver con el psicoanalisis) de la universidad de occidente (Sinaloa, México), estuve en dos veranos cientificos en el CEIC, y planeo hacer una maestria ahi, mis planes son entrar en el siguiente ciclo, deberia haber entrado en enero, pero he tenido algo de probemas economicos (debo como dos colegiaturas en mi universidad) ademas de que tengo una tesis ( la cual estoy por concluir, es sobre el problema XOR, en el modelo de redes neurales DBP) pendiente con el Dr. Burgos, para titularme,y posiblemente se retrasara, ya que he tenido que trabajar para pagar mis deudas lo que no me deja timpo para nada. Pero sin duda, de que entro al CEIC, ¡entro!.
Saludos. Me da gusto comunicarme con psicólogos del CEIC. (Daniel)
pienso que lo psicilogico no es necesariamente una conducta ya que se supone como conducta aquellas acciones que realisamos diariamente y la psicologia se supone como una serie de conocimientos que de manera logica corresponden a el solucionar un pensamiento erroneo o incorrecto para la psicologia
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